Arquivo da etiqueta: Mediterráneo

“Me sigo considerando inmigrante porque la gente de aquí no cree que un negro pueda ser español”, Hortense Ngbapai – Presindenta de AIDA Vigo-

La congoleña lleva 34 años en Galicia ayudando a los africanos a integrarse

Por Tamara Novoa

Hortense Ngbapai llegó a Vigo hace más de tres décadas como ella misma dice lleva más tiempo aquí que en su país la República Democrática del Congo, sin embargo se continúa considerando una inmigrante. Es la presidenta de AIDA Vigo, Asociación para la Integración del Africano, donde trabaja como voluntaria desde hace diecisiete años porque no entiende su vida si no es posicionándose al lado de los más desfavorecidos. Es Licenciada en Microbiología, la llegada del Ébola a su país en la década de los 70 despertó en ella el interés por encontrar cura a estas epidemias que causan miles de muertes en el continente africano. Pero aquí no ha podido convalidar sus estudios y se hizo guía turística. Hortense, que viste ropa colorida que nos recuerdan sus raíces, habla con claridad y contundencia, tiene claros sus ideales y huye de los estereotipos.

Hortense en el centro de AIDA en Vigo / T.Novoa
Hortense en el centro de AIDA en Vigo / T.Novoa

¿Por qué cambiaste el Congo por Vigo?

Me fui por motivos familiares pero yo vivía muy bien en mi país, sinceramente yo estaba mejor en mi país que aquí. En la década de los 80 mi país era estable, los problemas vinieron después cuando comenzó la guerra en Ruanda. El enfrentamiento entre los Hutus y los Tutsis se ha prolongado durante años y como estamos en la frontera la gente huye hacia nuestro país. Sin embargo, nadie habla de lo que pasa allí. El motivo de esa guerra es el Coltán, un metal fundamental en la fabricación de teléfonos móviles y otros dispositivos.

¿Qué dificultades te encontraste al llegar aquí?

Todo tipo de dificultad. El primero la comunicación, cuando llegué me preguntaba si estaba en Europa. En mi país al finalizar el bachillerato sabíamos hablar francés que era lengua oficial y una segunda lengua que era el inglés, pero aquí nadie hablaba nada más que castellano y no podía comunicarme con nadie. Tuve que aprender español por correspondencia porque no había escuelas que enseñasen la lengua a extranjeros. El segundo problema era mi color de piel, la gente no estaba acostumbrada a ver a gente de raza negra en la calle e incluso se asomaban asombrados para verme. Y por último, la idea que la gente tiene de África. Se creen que llegas a África en un avión que aterriza en el medio de la selva donde hay leones, elefantes y niños llenos de moscas. Al llegar aquí me preguntaban si sabía leer y escribir y yo soy licenciada en Biología. Me chocaba muchísimo todo esto.

Has vivido 34 años en Vigo y 21 en el Congo ya eres más de aquí que de allá.

Yo me sigo considerando inmigrante porque la gente de aquí no piensa que un negro pueda ser español. Mis hijos nacieron aquí y sin embargo les preguntan de donde son. De todas formas al ver lo que está pasando no quiero dejar de ser inmigrante, es mi forma de solidarizarme con ellos. Si yo veo que se está llevando a cabo una política que va en contra de los inmigrantes siento que va contra mí misma. Es una lucha que me va a acompañar toda mi vida.

¿Cuál es la situación de los africanos que viven en Vigo?

Muy difícil, si para la gente de aquí es difícil imagínate para una persona que no tiene apoyo familiar. La vivienda es un gran problema, hay pisos en los que viven hasta 20 personas. Y el otro problema es el trabajo. Antes hacíamos los trabajos que los españoles no querían hacer, pero ahora en la situación que vivimos los españoles también están dispuestos a hacerlos y nosotros nos quedamos sin empleo.

El problema de la inmigración lo ha creado Occidente

¿Siguen llegando o han decido volverse a su país?

Continúan llegando pero nunca regresan a su país, al conseguir su nacionalidad se van a otro país donde hay más posibilidades y con el que comparten el idioma como Francia o Reino Unido. Mientras siga habiendo conflictos en África ellos continuarán viniendo. El problema de la inmigración lo ha creado Occidente. No se puede derrocar a un dictador bombardeando el país y causando el caos y la miseria en toda la población civil. Así pasó en Irak, ha pasado en Libia y está ocurriendo en Siria. ¿Antes de bombardear de verdad calculan el precio que tendrán que pagar después esos países?

¿De qué trabajan los africanos que viven en Vigo?

La población más grande africana en Vigo son los senegaleses y trabajan en la venta ambulante. Antes muchos inmigrantes trabajaban en la construcción y el naval pero son sectores que ahora también están muy castigados.

IMG_7505
La congoleña lleva 15 años ayudando desde esta asociación. / T.Novoa

¿Sufrís problemas de racismo?

Claro, pero yo siempre pregunto lo mismo ¿durante todo el día de hoy cuantas personas te encontraste y cuantas te trataron irrespetuosamente? A mí lo que me interesa es el noventa por ciento de la población que nos trata bien, no me preocupo por el diez por ciento que muestra comportamientos racistas. Mucha gente no entiende las cosas por la falta de información, la base está en la educación.

¿Qué se podría hacer desde el gobierno local para mejorar la situación de este colectivo?

Estoy en contra de la discriminación positiva porque si se favorece a un colectivo la población autóctona reacciona en contra de ese colectivo. Se debe hacer una política que atienda al colectivo con dificultad y dentro de ese colectivo están también los inmigrantes pero no tratarnos como un grupo aparte. Política de vivienda y medidas para crear empleo deben ser las prioridades.

¿Qué podemos hacer los países occidentales para evitar que crezca el cementerio del Mediterráneo?

He escuchado que ahora Italia quiere llevar a sus policías a Libia para evitar que la gente salga. Están solo viendo la consecuencia no ven la causa. El problema no es que la gente entre en Italia el problema es que no tiene estabilidad en su país y por eso huyen. Mientras no se solucione el problema de raíz no hay nada que hacer. Problema que además han creado los países occidentales.

¿Qué te parece que el gobierno retirase la tarjeta sanitaria a los inmigrantes irregulares?

Afectó a las personas que no tenían nada, a las más pobres no al denominado turismo sanitario. Yo escribí una carta al gobierno de Madrid para que recapacitasen, porque además los inmigrantes irregulares solo van al médico en situaciones de emergencia no abusan de la sanidad española porque por regla general no van.

Has formado parte del comité ejecutivo del PP de Galicia ¿Sientes alguna contradicción entre lo que el partido de gobierno hace y tu trabajo?

Yo siempre he dicho que yo no soy política, pero pensé que podía desarrollar una política social para un partido y no lo conseguí. Me educaron en que hay que ser consecuentes con tus ideas, no puedo defender a los inmigrantes y apoyar una política contra la inmigración porque entraría en contradicción conmigo misma.

El Ébola lleva existiendo más de 30 años y no se trató de combatirlo hasta que llegó a Occidente

Apenas sabíamos nada del Ébola hasta que llegó a España.

Yo tenía 16 años estaba terminando el bachillerato cuando apareció el Ébola en mi país y fue lo que me empujó a estudiar biología. El Ébola lleva existiendo más de treinta y pico años y nunca se trató de buscar una vacuna para combatirlo. No, hasta que el Ébola llegó a los países occidentales. Es muy triste que la vida de las personas dependa del lugar en el que nazcan. Si naces en África, un país pobre de Asia o Latinoamérica entonces si hay un brote pues dejan que te mueras ahora bien, si afecta a un país occidental se emplean todos los medios. Es muy triste.

¿Qué le dirías a los congoleños que quieren viajar a Europa a buscar un futuro mejor?

Siempre les digo que no vengan. Se juega con sus ilusiones, se les engaña y después llegan aquí se encuentran esta realidad y ya no pueden regresar a su país porque posiblemente se han endeudado para llegar hasta aquí y no pueden asumir la vergüenza de regresar sin nada.

¿Regresarás a tu país?

Por muchos años que viva aquí todos los días me acuerdo de mi país y de mi familia. Yo nunca pensé que me quedaría aquí y espero en un futuro poder vivir entre el Congo y Vigo.

“El mar que tenía que ser para la paz se está convirtiendo en un cementerio”

Guillermo Fernández Obanza, fundador de Ecodesarrollo Gaia 


Guillermo Fernandez Obanza_Rocío Ovalle

Rocío Ovalle/ Guillermo Fernández Obanza vive en la Plaza de África de A Coruña. Dice que es algo casual, pero lo cierto es que este maestro de Geografía e Historia, 68 años, jubilado, se rodea por doquier de elementos que rememoran el vecino continente que ha visitado en numerosas ocasiones. Estanterías repletas de libros, estatuillas talladas en madera y alguna fotografía. Un su pequeño estudio peina las canas de su poderosa barba blanca mientras rememora una vida de activismo social y el trabajo de las últimas dos décadas, cuando ante la situación desesperada de varios migrantes que llegaron a la ciudad herculina decidió intervenir por cuenta y riesgo, creando la ONG de base Ecodesarrollo Gaia.

Usted resume el problema migratorio en una frase muy gráfica: que la migración es un derecho, pero también un revés.

Nosotros consideramos que la inmigración es una invención para apuntar a la luna y que miremos al dedo. Existe el movimiento, pero lo importante no es constatarlo sino saber por qué se produce; por eso nosotros les llamamos ecorrefugiados y no inmigrantes. La gente se mueve porque el comercio internacional vive de los recursos de la gente del Sur. En España no habría migrantes de Senegal si no hubiera una flota tremenda explotando sus caladeros. De todas maneras, la migración que llega a Europa procedente de África es ínfima, porque la mayor parte de la migración se produce entre los propios países africanos.

La historia de la migración es la historia misma de la Humanidad. Según la ONU, el 3% de la población del mundo vive en un lugar distinto del que le vio nacer. Pero hay diferentes tipos de migración…

Sí, no es lo mismo emigrar buscando un sustento, como los nómadas, que emigrar porque están explotando tus recursos, y esta explotación se produce a través de políticas agrarias, de políticas medioambientales… También de guerras: actualmente vivimos la inmigración de las petroguerras.

Nos escandalizamos con Lampedusa pero, un año y medio después, asistimos atónitos a una tragedia aún mayor, con el naufragio en el Mediterráneo de un pesquero con más de 700 personas abordo. En esta ocasión la Unión Europea reaccionó de inmediato y convocó una cumbre extraordinaria de jefes de Estado, ¿hay motivos para esperar un cambio de la política migratoria en esta ocasión?

El único cambio que habrá será el refuerzo de las alambradas y de la vigilancia por mar. La Unión Europea sabe que viene gente de Somalia, donde desembarcamos en los años 90 para incinerar productos tóxicos y radiactivos, y donde acaban de estar en guerra. ¿Y cómo no van a salir corriendo los ciudadanos de Libia? Allí se ha orquestado una destrucción absoluta. Estos no son emigrantes al uso, los ha traído la guerra. Lo que tiene que hacer la ONU es pacificar toda la zona, desarmarla y sacar de allí a los occidentales.

A la Unión Europea se le está yendo de las manos porque no tiene control sobre la situación en África para frenar el flujo migratorio

Como en la gran oleada de inmigrantes que llegó a España en 2006 procedente de Senegal en la nueva ruta para la emigración que se acababa de descubrir, los medios ponían el foco en los traficantes, igual que está ocurriendo con esta tragedia.

Es una estrategia de la política europea. Yo conozco a varios traficantes, son cuatro tipos que no saben a lo que se enfrentan ni lo que se encontrarán aquí.

Playa de Yoff-Thongor (Senegal)
Playa de Yoff-Thongor (Senegal)

En España, de la mayor regularización de inmigrantes -700.000 en 2005- al plan de retorno voluntario apenas transcurrieron tres años. ¿Improvisación o utilitarismo?

No hay política que no esté organizada. En España, la política migratoria surge cuando la comercialización de frutas y verduras está en peligro por la competencia de países africanos. La entrada masiva de inmigrantes se produce para el montaje de la agroindustria del sur de España, que colocó a este país como primer productor europeo. También muchas mujeres, especialmente las que procedían de Latinoamérica, asumieron el rol de cuidadoras que permitió a muchas españolas trabajar fuera del hogar. Ahora, a la Unión Europea se le está yendo de las manos porque no tiene control sobre la situación en África para frenar el flujo migratorio; el mar que tenia que ser para la paz se está convirtiendo en un cementerio.

Es importante no sentirse ridículo por hacer cosas pequeñas, lo ridículo es no hacer nada.

¿Por qué creó en 1998 la ONG Ecodesarrollo Gaia?

En las zonas de sombra, de lo que no se habla, es donde está la solución a los problemas de nuestra sociedad. Considero que todos podemos hacer algo. Mi motivación es el amor, el cariño por las personas, tratar de que no sufran. Buscamos fraternidad en un marco de justicia, pero nunca caridad. Todo esto son palabras grandilocuentes, pero lo que hacemos nosotros es pequeñito y lo hacemos con grandes dificultades económicas. Y, a pesar de ello, creo que es un ejemplo paradigmático a la hora de crear relaciones interculturales desde abajo. No hemos sido tan técnicos ni hemos hecho tanto como otras ONG, pero les hemos demostrado a muchas personas que les importan a alguien. Es importante no sentirse ridículo por hacer cosas pequeñas, lo ridículo es no hacer nada.

Usted era maestro de secundaria. ¿En qué momento de su vida decide implicarse en algo así?

Un día, paseando por A Coruña, vimos una redada de unos policías a un grupo de senegaleses. Yo no les conocía de nada, pero pensé en echarles una mano: fui hacia allí y le dije al policía que eran amigos míos. Dejó libres a ocho de los jóvenes y empezamos a trabajar con ellos. Me habían atropellado recientemente y el dinero de la indemnización lo invertí en esto.

¿Qué tipo de intervención hacían con ellos?

Buscábamos que fueran autónomos y que se integrasen. Trabajamos con ellos cuestiones culturales, les dimos clases de castellano y les preparamos como marineros, gracias a lo cual, tras obtener un carnet oficial, consiguieron regularizar su situación por un hueco legal que encontramos entonces.

¿Cómo vivisteis la gran oleada de inmigrantes procedentes de Senegal de 2006?

Fueron cuatro años durísimos. En A Coruña recibimos a 171 chicos derivados de otros proyectos de Madrid. Por la noche vaciábamos la ONG, la llenábamos de colchones y allí dormían; por la mañana a las 8 recogíamos todo y limpiábamos y los chicos acudían a la Cocina Económica a comer y a Renacer a ducharse. La gente nos ayudaba mucho, algunos chicos estaban en pisos; en el puerto nos daban pescado y lo repartíamos dos veces por semana. Conseguimos colocar a más de 100 de ellos como pescadores. Fue muy duro pero el comportamiento de todos fue excelente, no hubo ni un solo problema.

¿Cómo era la relación con las autoridades?

Muy buena. Nos reunimos con el jefe de la Policía de A Coruña, le explicamos lo que hacíamos y le convenció. Nos ayudaba: nunca envió a ninguno de los chicos a Senegal. Expedía certificados diciendo que no había plazas en el Centro de Internamiento para Extranjeros. La verdad es que todos los funcionarios se portaron muy bien con nosotros. La administración no ha hecho nada por ellos, pero al menos no me ha impedido hacer mi trabajo.

Otra de vuestras líneas de trabajo es el codesarrollo. ¿En qué medida se implican los propios senegaleses en estos proyectos?

Todos los chicos con los que trabajábamos al principio eran de un pueblo llamado Yoff. Ellos ayudaban a sus familias pero nos decían que no era suficiente, que había que realizar proyectos comunitarios. Visitamos la zona y a sus familias. Una de las chicas nos indicó cuál era el barrio más deprimido, un barrio marinero que contaba con una cooperativa de mujeres saladoras. Nos reunimos con ellas para preguntarles qué es lo que más necesitaban y nos dijeron que una guardería y unas instalaciones para realizar su trabajo, que entonces era muy precario. En la nueva lonja, las mujeres están organizadas, reciben formación periódica sobre el mantenimiento de los alimentos, alfabetización, francés, wolof y liderazgo, entre otras cuestiones. También desarrollamos otras iniciativas, como una escuela para niñas que han abandonado su educación para que puedan aprender unos conocimientos básicos y oficios; actualmente estamos trabajando en una Casa del Mar que permitirá la organización comunitaria de la pesca sostenible con la implicación de los pescadores, la cooperativa de saladoras y de mujeres vendedoras.

182049_152709951451608_2200214_n
Cooperativa de mujeres saladoras de Yoff (Senegal) en las nuevas instalaciones

En A Coruña viven actualmente 1.100 senegaleses según el padrón. ¿Cuál es su situación actualmente?

Algunos siguen en la misma empresa trabajando, pero la crisis dejó fuera de juego a los trabajadores del sector de la construcción. Quienes hoy venden en la calle son los que llegaron después de 2010, cuando ya era imposible encontrar ningún contrato. Algunos se casaron con españolas, pero en la mayoría de los casos no les funcionó muy bien porque tienen mujer e hijos en Senegal. Tienen algunos trabajillos, la RISGA, sus parejas trabajan… subsisten. Las perspectivas de las personas a las que ayudamos actualmente son nulas. A Senegal no vuelven porque es muy pobre y caótico, no tienen un proyecto allí y, aunque no se puede decir que estén integrados en España, cuando viajan a Senegal ven las cosas de manera diferente: han perdido parte de su identidad. Guillermo Fernández Obanza